Las leyendas de Kirikú provienen de África occidental, concretamente del pueblo de los Senufos, una etnia de Costa de Marfil que Michel Ocelot conoció en su niñez guineana. Todo el tiempo está muy presente la lucha por la supervivencia,  la propia identidad y libertad  a través de la mirada  inocente, vital y llena de esperanzas de l@s niñ@s y jóvenes.

Nos encontramos ante una fábula clásica sobre la conquista de la libertad y el crecimiento, inspirada en los rituales de iniciación o pruebas que deben pasar los adolescentes para demostrar su capacidad o valor y que son labase de aprendizaje de las sociedades tradicionales. También hay elementos de cuentos europeos como Garbancito,  la Bella y la bestia o los mitos de Ulises y Merlín.

En una aldea africana asolada por la bruja Karaba, que ha extendido un maleficio y que, según cuenta, se ha comido a los habitantes del poblado, nace Kiriku, nuestro protagonista. Este valiente niño decide enfrentarse a la bruja para salvar el poblado y sus gentes, con su astucia y saber. Kiriku luchará por conseguir lo que cree que debe hacer. Superará sus limitaciones físicas y asumirá riesgos. Este pequeño niñ@ inconformista, rebelde, creativo y curioso y de opiniones propias, se mostrará solidario con el entorno social en que vive y llegará llega hasta el final, gracias a su fuerza interior y valiente corazón.

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