¿Cómo comunicar? Y el reflejo de mis valores internos

Sin duda, la característica más importante para transmitir es esta ligada a la capacidad comunicativa de cada persona. Colunga y Alvárez (2005) afirman que es preciso considerar que la comunicación es el vehículo esencial del proceso enseñanza-aprendizaje.

COMUNICACIÓN proceso en el que las diferentes partes que comunican se siente cómodas y a gusto. Helena López Casares

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En todo proceso de comunicación es fundamental tener en mente el correcto funcionamiento de tres aspectos: la voz, la personalidad y el lenguaje que utiliza quien comunica. Para profundizar en estos temas se puede recurrir a los trabajos publicados por Del Barrio y Borragán (1998, 1999, 2004, 2005). En ellos se analizan las diferentes condiciones que precisa cualquier comunicación.

En cuanto a la voz y las palabras

  1. Claridad. Las palabras tienen que ser claras. Hay que mover más la lengua para hablar claro, lo que requiere sentirlo (aprovechando, por ejemplo, el frío del hielo o de otro objeto dentro de la boca, utilizando un hilo…) y crear hueco. Y después hablar como si no se tuviese nada dentro de la boca.
  2. Volumen adecuado al contexto. Se debe conseguir mucha resonancia para que las palabras tengan más consistencia. Hablar en espacios pequeños, como un baño, hace sentir de forma más clara la resonancia.
  3. Ritmo adecuado. La velocidad del habla normal es de 150 palabras por minuto. Una velocidad lenta aporta monotonía, una excesivamente rápida provoca cansancio, confusión y aturdimiento. Hay que adecuar la velocidad a la comprensión del que te escucha. ¿Cómo descubrirlo? Por la forma en que te mira. Lo mejor es cambiar las velocidades para dar más vida a lo que se dice.
  4. Ayudarse del cuerpo. La expresión corporal, el gesto, crea las pausas cuando hablamos y transmite intenciones. Hablar es una acción de todo el cuerpo. La mayoría de las veces, incluso, dice más el cuerpo que las propias palabras. En realidad, los gestos mínimos, especialmente de la cara y los ojos, son los que más van a impactar en el que tenemos enfrente. Conocer el lenguaje gestual te permite expresar con más profundidad y con más seguridad.
  5. Saber jugar con la voz. Hay que hablar manifestando nuestras intenciones, subiendo y bajando los tonos, jugando con la duración de las vocales y con las pausas, es decir, dar vida, dotar de intenciones al mensaje. Quien sabe mover el cuerpo hace que la voz juegue sola.

En cuanto a la personalidad

  1. Autoestima. Para comunicar es fundamental tener una valoración de uno mismo. La autoestima influirá en nuestra seguridad así como en el rendimiento de lo que nos propongamos.
  2. Empatía. Es necesario atender y hacer ver que entendemos la situación del otro, sin tener que identificarnos necesariamente con ella, pero intentando “ponernos en su lugar”. Debe ser un ejercicio cotidiano y realizado sin ninguna violencia. Contacto visual y escucha activa son las herramientas para obtener un grado óptimo de empatía, creando constantemente un clima de confianza y tranquilidad alrededor.
  3. Sintonía. Tan importante como el mensaje es el interés que tiene en ello el que lo escucha. ¡Solo se escucha con atención aquello que nos interesa! Hay que saber reaccionar ante las señales de atención o de distracción del público. El valor de la comunicación lo da el que escucha.
  4. Autenticidad. Sólo cuando creemos en lo que estamos comunicando podemos transmitir convicción e influir en los demás. ¡Para convencer hay que vivir tu propio mensaje! No digas cualquier cosa, expresa lo que llevas dentro.
  5. Autocontrol. Una comunicación eficaz y positiva implica, también, un adecuado nivel de ejecución. Para esto es conveniente mantener controlados los niveles de ansiedad, confiando en que comunicar es siempre un privilegio.
  6. Asertividad, entendida como la propia capacidad de autoafirmación, de expresión directa de los propios sentimientos, opiniones, derechos, etc… Ser asertivo es sentirse mejor con uno mismo y demostrar que se está vivo.

En cuanto al mensaje

  1. Preparación. La clave del éxito se asienta en la preparación pausada. Una comunicación debe estar siempre muy “posada”. No es aconsejable montar el caballo de la improvisación, te tirará al suelo.
  2. Corrección. Utilizar un lenguaje adecuado al público, claro y sencillo, pero siempre correcto. ¡Cultivar la lectura de la buena literatura!.
  3. Orden. Mantener el esquema clásico de “Inicio, Desarrollo, Conclusión”: es lo que los demás esperan y además, lo más eficaz.
  4. Claridad de las ideas. Marcar adecuadamente los tiempos. Cada momento del discurso tiene su propia dinámica y es preciso respetarla. Vibrar en cada momento y hacer así vibrar al que escucha.
  5. Novedad. Ser creativo, original, sobre todo al principio, para ganar la atención, para motivar y cautivar.

 

La Comunicación en el Aula

Para analizar cómo se produce la comunicación en el aula es necesario tener en cuenta que el profesor posee una autoridad sobre el alumno, y un control del resultado final del proceso didáctico, que se materializa en la calificación final, y que sin duda condiciona todo el proceso comunicativo. En este sentido ya se oyen voces que apuntan hacia la necesidad de establecer una línea de autoridad más horizontal, de manera que se eliminen algunas de las barreras que dificultan la comunicación docente – alumnos, establecidas tradicionalmente.

Sin embargo, a pesar de esta diferencia de poder, definida como relación asimétrica por Camaraco (2005), lo interesante es que tanto el docente como el alumno tengan presente que el objetivo común que debe lograrse es el aprendizaje del alumno, obteniendo el máximo rendimiento. Es decir, el profesor no debe centrarse exclusivamente en transmitir, de la forma más eficaz posible, su materia, sino en que el alumno lo aprenda, y que ese aprendizaje tenga un carácter significativo.

Para lograrlo, el docente debe convertirse en un guía, un apoyo, del aprendizaje del alumno, llegando a ser un comunicador eficaz del conocimiento, de las actitudes y valores necesarios para que el alumno logre ser un ciudadano libre, responsable, democrático, íntegro…

Independientemente de la estrategia formativa que se utilice es importante asegurarnos de que la comunicación en clasees bidireccional (Núñez, 2004), animando el verdadero proceso de comunicación. Para ello se deben cuidar especialmente tres aspectos:

•  La voz: tan importante es modificar la voz para lograr comunicar al alumno de forma que le atraiga y le motive, como evitar un mal uso, que puede tener consecuencias perjudiciales en el futuro.

•  Control visual: el contacto visual con los alumnos, con todos los alumnos, es fundamental para lograr una comunicación eficaz. El contacto visual debe establecerse a lo largo de todo el discurso, puesto que la buena orientación de la mirada permite la captación inicial de la atención de los alumnos, además de ayudar a mantenerla.

•  Control corporal: el movimiento del cuerpo del profesor transmite tantos mensajes como la propia voz (comunicación no verbal), por lo tanto controlar el cuerpo, de manera que su expresividad sea congruente con el discurso, es fundamental para asegurar el éxito de la comunicación.

Cuando logramos establecer una comunicación verdaderamente educativa, según Camacho y Sáenz (2000) se cumplen los siguientes requisitos:

•  La comunicación se basa en la confianza mutua y no en las relaciones de dominio – sumisión. La confianza mutua se basa en el entendimiento y la mutua comprensión.

•  La comunicación se produce tanto en situaciones formales (más habituales en el aula), como en situaciones informales (tanto dentro como fuera del aula).

•  Es posible la libre expresión de las ideas y de las manifestaciones personales.

•  Se favorecen frecuentes intercambios de los papeles de emisor y receptor, en los que la comunicación fluye en todas direcciones.

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